[REC] 4: Apocalipsis

Cuarta entrega de una saga que pierde algo de fuelle

Supongo que ni Jaume Balagueró ni Paco Plaza sospecharon el éxito que cosecharía [REC] cuando la rodaron. Una película pequeña, barata pero exquisitamente realizada. Una película de zombies que trasladaba la acción a un territorio familiar y aprovechaba de modo espléndido la narración en forma de found-footage para generar tensión, acercar al espectador a la acción e incluso ocultar en cierto modo el escaso presupuesto. Tras su éxito vinieron las inevitables secuelas; [REC] 2, que transcurría paralela a la primera parte, mostrando qué sucedía fuera del edificio infectado y [REC] 3: Génesis, dirigida en solitario por Paco Plaza, que trasladaba la acción a una boda y que contaba con toques de humor francamente divertidos.

REC 4 empieza justo donde termina REC, en el edificio barcelonés infectado cuando entran miembros de las fuerzas especiales a colocar cargas de demolición para eliminar de un golpe a los infectados y prevenir más contagios. Uno de ellos descubre a la periodista Ángela Vidal, aparentemente ilesa y logra sacarla del edificio antes de la explosión. Tras el rescate, ambos despiertan en un carguero en alta mar. El barco se usa para aislar a los que han estado en contacto con el virus hasta estar seguros de que no están infectados. Al menos eso es lo que afirma el equipo médico a bordo. Pero la fuerte presencia de fuerzas de seguridad y el secretismo con el que se conducen los doctores les hace sospechar que están haciendo algo más. Naturalmente, la situación pronto se torcerá y la infección correrá por el buque, dejando a los supervivientes encerrados en un entorno más que hostil.

En el aspecto formal, la película me ha gustado; abandona definitivamente el estilo de found-footage, que ya está más que explotado, por una dirección más convencional pero muy competente. Tanto la fotografía como los movimientos de cámara aprovechan de forma excelente los escenarios que ofrece un barco de carga viejo; los pasillos estrechos y oscuros, las estancias cerradas o la casi ruinosa sala de máquinas para transmitir al espectador la opresión y la claustrofobia de los protagonistas, la sensación de que no hay lugar donde escapar. La dirección de Jaume Balagueró es vigorosa, la cinta mantiene un ritmo narrativo alto y en general la narración no se estanca. La acción está bien rodada y se ha dosificado correctamente, con un arranque vigoroso, una pausa para plantear la situación y un largo clímax final en la conclusión de la película.

Donde la película no ha gustado tanto es en los apartados de historia e interpretación. Personalmente no me entusiasma la mezcla de zombies y satanismo que va desarrollando la saga de películas, y en [REC] 4 las conclusiones, aunque internamente consistentes con la narración hasta el momento, van en esta línea. También me han fallado un poco los personajes; hasta el momento una de las grandes virtudes de la saga era poner a gente corriente (vecinos, policías, invitados a un boda) en una situación imposible. En esta película esta tendencia se abandona en parte para introducir a unos evil doctors, unos empleados de seguridad muy anónimos y a unos policías de élite muy cercanos al estereotipo. La tripulación del barco, aunque potencialmente son buenos personajes, tampoco me acabó de convencer; el capitán a punto de jubilarse; el encargado de comunicaciones hacker y friki; el piloto vasco; el cocinero filipino; a todos ellos les faltan características personalizadoras. El humor, uno de los puntos fuertes de las anteriores entregas, también está más ausente. Prácticamente todos los momentos divertidos los capitaliza una anciana algo despistada que fue rescatada de la boda.

Los actores tampoco me convencieron demasiado. Manuela Velasco está más taciturna y descolocada que en la primera entrega, quizá por el cambio de reportera entusiasta a potencial infectada. Paco Manzanedo, el coprotagonista, me pareció un actor más bien pobre e inexpresivo. Tampoco me entusiasmó la elección de Héctor Colomé, es demasiado obvia, igual que la de Ismael Fritschi. María Alfonsa Rosso, la anciana descolocada, me pareció la mejor, interpretando con una gran naturalidad un personaje cotidiano que ofrece un imprescindible respiro cómico a la película.

Por todo esto [REC] 4 me pareció sólo correcta, entretenida por su ritmo trepidante y por estar muy bien rodada pero en conjunto una película genérica, un poco del montón. En mi opinión el esfuerzo de sus creadores por crear algo distinto a las entregas anteriores es encomiable, pero el resultado final ha pagado cara la pérdida del elemento naturalista que las hacía distintas. Según sus creadores, esta será la última película que ellos producirán de la saga, aunque su final tramposo me hace pensar que si tiene buenos resultados de taquilla no tardaremos en ver una entrega más, quizá en manos de otro equipo creativo.

(c) 2014 Jordi Flotats