REBELLE

Una visión estremecedora de los niños-soldado en África

Rebelle es el cuarto trabajo del director francocanadiense Kim Nguyen; presentada en el último Festival de Berlín, la película consiguió muy buena acogida crítica y un premio para Rachel Mwanza, su actriz protagonista. La cinta trata un tema duro y controvertido, pero por desgracia actual: los niños-soldado. Nguyen quiso tratar el tema con realismo, por eso rodó en la República Democrática de Congo, tanto en escenarios naturales como en la ciudad que el dictador Mobutu intentó construir en medio de la selva. En un primer momento, se planteó emplear a auténticos niños-soldado como actores, pero se descartó la idea y finalmente el casting se realizó mediante una convocatoria abierta en el Congo. La protagonista vivía con su abuela en las calles de Kinshasa. Para reforzar el naturalismo de las interpretaciones o quizá para ayudar a un casting no profesional, Nguyen rodó las escenas en orden cronológico según la historia sin permitir a los actores conocer nada más que lo que tenían que rodar cada día.

Rebelle cuenta la historia de Komona, una niña de 13 años que vive en un poblado africano. Un día, unos hombres armados entran en su poblado, la obligan a matar a sus padres y se la llevan junto con otros niños para convertirlos en soldados para una milicia de rebeldes contra el gobierno que tiene su base instalada sobre una mina de coltan que venden a empresas extranjeras y les permite continuar la guerra. Tras lograr sobrevivir a los primeros días, los milicianos la empiezan a considerar una bruja y a valorarla mucho. A cabo de poco se enamora de Magicien, un joven albino que ejerce de mago del jefe de la milicia. Ambos deciden huir, casarse y empezar una nueva vida, pero no les resultará fácil, la guerra los seguirá.

La película mezcla con eficacia el naturalismo, reforzado por el rodaje en escenarios naturales y los actores no profesionales, con algunos toques fantásticos. Sin dejar claro si son alucinaciones producto de la droga que los milicianos consumen regularmente para aguantar su terrible día a día, la protagonista tiene terribles visiones de los muertos recientes de cada lugar por donde pasa, seres tristes, de piel enblanquecida que acaban guiándola en un terrible viaje de vuelta al origen, hasta sus padres muertos. Estos toques sobrenaturales se integran perfectamente en la idiosincrasia de los habitantes de la región africana indeterminada donde acontece la acción, una gente que convive con naturalidad con la magia y la superstición. El guion de la cinta me parece magnífico. Toda la acción se relata a través del punto de vista de la niña protagonista, cuya voz en off cuenta su historia a su hijo nonato, hecho que en mi opinión constituye un gran acierto. Debido a esto, la película evita dar excesivas explicaciones o dar puntos de vista externos, mostrando los hechos de forma cándida, algo que los hace aún más terribles. Esta forma de narrar también evita el dramatismo excesivo; la niña cuenta lo que le pasó, mostrando la capacidad de superar las adversidades y de adaptación que sólo los niños y los muy jóvenes poseen. Los actores, quizá por el hecho de no ser profesionales y porque la película narra acontecimientos que les son familiares, dan una increíble sensación de realismo, especialmente su protagonista, Rachel Mwanza, cuyo carisma y mirada magnética llenan la pantalla y contribuyen a crear un personaje fuerte, resistente y vital a pesar de todo.

Nguyen ha rodado la película usando multitud de recursos visuales y narrativos, eficaces y de buen gusto. Me gustaron en particular cuando presenta el asesinato de los padres de la niña fuera de plano, o los conos de silencio que a veces la acompañan. También me parecieron espléndidas las secuencias rodadas en la base de los milicianos, en especial la que Magicien cuenta una historia a los soldados, de nuevo convertidos en niños, improvisando usando un manual de instrucciones en inglés mientras de fondo se está fusilando a gente. Rebelle es una película hipnótica, dura y con momentos terriblemente realistas. Más que denunciar unos hechos concretos, la película parece buscar denunciar una situación que por desgracia se da en todo el mundo; niños obligados a tomar las armas, deformados desde la más tierna infancia para conseguir los luchadores más salvajes y despiadados. También pone sobre la mesa el expolio que las empresas del primer mundo están realizando del continente africano, a costa de provocar y sostener guerras. Y en mi opinión lo mejor es que logra hacer todo esto mientras cuenta una historia, Rebelle no es un panfleto, es una película con personajes creíbles, de carne y hueso, con un argumento sólido.

(c) 2012 Jordi Flotats