GALLANTS

Una comedia de artes marciales que homenajea las producciones clásicas de Hong Kong

Gallants es una curiosa película llegada de Hong Kong que realiza un homenaje en clave de comedia de acción con gotas de relato de aprendizaje y autosuperación a las producciones de Shaw Brothers de los sesenta y los setenta; presentando una mezcla de actores jóvenes con unos veteranos que demuestran que aún les queda mucha energía para repartir estopa. Un planteamiento atípico al que los directores Derek Kwok y Clement Cheng han sacado mucho partido, consiguiendo un resultado divertísimo y de agradable visionado.

Cheung (Wong Yau-Nam) es un joven apocado del que todo el mundo abusa que trabaja en una empresa inmobiliaria. Su compañía lo manda a un pueblo remoto a asegurar el buen resultado de una operación de desalojo para reconstrucción de una vieja casa de té. La casa de té está regentada por dos maestros de artes marciales de mediana edad, Tigre (Leung Siu-Lung) y Dragón (Chen Kuan-Tai), a su vez pupilos del mítico Maestro Law (Teddy Robin Kwan), en coma desde hace muchísimos años. Tigre y Dragón cuidan de su maestro en la casa de té, antes su ojo, ellos mismos retirados debido a viejas lesiones. Pero ahora un grupo de gente rica local, poseedores de un moderno gimnasio donde enseñan artes marciales, les quiere arrebatar el local. Cheung se ve atraído por los viejos maestros, especialmente cuando despierta el Maestro Law, y quiere aprender de ellos para intentar ganar en seguridad, pero resulta que su empresa trabaja para los que quieren quitarles la casa de té. El Maestro Law deberá volver a poner en forma a sus pupilos para poder enfrentar la amenaza, no sólo a su dojo, sino a su propia filosofía.

Gallants hace gala de mucho sentido del humor durante todo su metraje, resultando cada vez más eficaz; el arranque de la película, cuando presenta Cheung es algo lento y tópico, pero el nivel aumenta de golpe a la que salen sus tres veteranos protagonistas; Leung Siu-Lung y Chen Kuan-Tai demuestran estar en buena forma, tanto interpretativa, resultando convincentes y graciosos, como física, con escenas de acción espectaculares y muy bien coreografiadas. Pero es Teddy Robin Kwan, interpretando al maestro Law quien hace funcionar de todo a la película. Su interpretación de un viejo maestro lleno de seguridad y aplomo, pero con momentos de  comportamiento juvenil, extrañas manías y obsesión por las mujeres guapas resulta muy graciosa y también proporciona al film sus momentos más emotivos. Ayuda el hecho que su personaje no es retratado como un superhéroe, se pinta como alguien frágil pero convencido del espíritu de autosuperación que constituye el dogma de su dojo. Y lo mismo se puede aplicar a los demás personajes, Gallants no es una película muy profunda, pero sus personajes no son unidimensionales, ni siquiera "los malos", todos tienen sus motivaciones, defectos y virtudes.

En el aspecto técnico y temático, la película homenajea sin complejos el cine de artes marciales de antaño. En el reparto hay muchos actores veteranos de Shaw Brothers: Chen Kuan-Tai, Lo Meng, Goo Goon-Chung o Siu Yam-Yam. El tema de los dos discípulos que defienden el ojo de su maestro enfermo también se puede encontrar en muchas películas clásicas, así como el escenario de una casa de té. En el aspecto formal hay también muchos guiños a esas producciones; zooms acelerados, planos congelados en momentos importantes textos en pantalla anunciando los personajes y desde luego una coreografía de acción (a cargo de Yue Tak) impecable. La banda sonora, que parece inspirada en los spaghetti western, le va como anillo al dedo a la película para establecer su tono y ritmo.

Naturalmente la película no es perfecta, alguno de los actores jóvenes no acaba de responder muy bien, especialmente Wong Yau-Nam, el teórico protagonista, no muy gracioso y eclipsado por sus veteranos compañeros de rodaje a partir del primer cuarto de hora. También hay algún tropiezo en el ritmo y argumento en el último tercio de la película; parece que todo se dirige a un torneo de artes marciales que luego se deja mucho de lado; también hay unos momentos de vacilación en el ritmo de la película, corregidos en un final muy satisfactorio.

En conjunto Gallants es una cinta muy recomendable para todo el mundo; gustará a fans de las artes marciales por lo bien resuelto de sus combates y por los homenajes a los pioneros del género en Hong Kong, pero también puede gustar a cualquiera por su humor un punto gamberro y su tono de comedia perfectamente aprovechado por las muy buenas interpretaciones de los actores más veteranos.

(c) 2010 Jordi Flotats