GAMER

Acción mareante sumada a un pobre argumento

A priori ver una propuesta de los artífices de la prescindible Crank: Veneno en la sangre no me apetecía mucho, pero al leer el argumento de Gamer me pareció ver una versión de Perseguido adaptada al siglo XXI. Tengo que confesar una debilidad por esa película, uno de esos productos de acción de los 80 al servicio de Arnold Schwarzenegger, de calidad discutible pero con indudable sentido del humor y el entretenimiento; a veces incluso el argumento tenía una buena premisa de partida; películas como Comando, Depredador o Desafío Total me proporcionaron buenos ratos de diversión precisamente por ese aire de no tomarse a sí mismas en serio.

En Perseguido, ambientada en unos sombríos Estados Unidos del futuro, el protagonista acaba en un macabro concurso televisivo donde presidiarios luchan por su liberación, perseguidos por sádicos y pintorescos "stalkers" que intentan matar espectacularmente a los concursantes.

En Gamer, también ambientada en unos sombríos Estados Unidos del futuro, existen dos tipos de juegos virtuales, donde los participantes controlan directamente a otros seres humanos desde su casa. En uno, los jugadores interactuan con otros mediante avatares humanos, un poco como en Second Life, en el otro son los protagonistas de un juego bélico, un FPS (first person shooter) al estilo de Call of Duty. En el primero los "controlados" son personas que cobran por dejarse controlar, en el segundo son convictos del corredor de la muerte que si sobreviven 30 batallas son perdonados y liberados. El mecanismo de control se basa en la sustitución de células cerebrales y está monopolizado por la (malvada) empresa del (malvado) Ken Castle (Michael C. Hall), excepto que casi nadie ve la maldad del asunto, sólo un heroico (y cool) grupo de resistencia. El protagonista, Kable (Gerald Butler) está en el juego de guerra por un supuesto crimen que (naturalmente) no ha cometido y lleva ya veintisiete batallas sobreviviendo; además su esposa debe malvivir trabajando en la otra versión del juego y su hija ha sido dada en adopción. Por si fuera poco el juego está amañado y tras los oscuros intereses de Castle se esconden otros aún más oscuros.

El argumento no es el punto principal de Gamer, eso está claro. Tampoco esperaba que lo fuera, lo que sí esperaba y no me fue entregado fueron otras cosas exigibles en productos de acción y entretenimiento; en primer lugar: acción bien rodada; Gamer tiene un montón de acción pero la saltona y temblequeante cámara marea e impide ver casi nada de las (supongo) espectaculares persecuciones y tiroteos. De hecho, me recordó a ver a alguien jugando a un videojuego, aunque no sé si los directores buscaban este efecto deliberadamente o les quedó así sin querer, en cualquier caso a mi me molestó. Otro elemento que eché seriamente de menos fue el sentido del humor; la película es seria, lo que obliga a tomar seriamente lo que nos cuenta. Y lo que nos cuenta no se coge por ninguna parte, en una sociedad como la actual es cierto que la virtualidad y la interacción personal a distancia están creciendo mucho a través de videojuegos online o redes sociales, pero la dirección a la que apunta la tecnología es a la recreación por medios informáticos. La interfaz y las tecnologías que plantea la película no son claras, no son lógicas ni son prácticas, ni ahora ni en 2050. La película también rezuma desconfianza por la ciencia y la tecnología por los cuatro costados, a las que parece culpar de los males de esa sociedad futura; una triste tendencia muy en boga en la sociedad americana actual que se ve reflejada en muchas producciones de Hollywood.

¿Todo en Gamer es desastroso? Todo todo, no. La cinta tiene un ritmo elevado en todo su metraje que logra hacer pasar si no un rato entretenido, si algo parecido a ello. Su metraje no es excesivo, la película dura poco más de una hora y media, algo poco frecuente hoy en día. Los actores son buenos y hacen lo que pueden con sus papeles. Gerald Butler aporta carisma y brutalidad, Michael C. Hall compone al típico villano loco, Amber Valletta a la guapa y desgraciada esposa de Kable y Kyra Sedgwick hace lo que puede con su personaje de periodista ambiciosa.

Poco más puedo decir de esta película, sólo me queda no recomendarla a nadie; es mejor quedarse en casa y revisar Perseguido, asegura muchísima más diversión.

(c) 2009 Jordi Flotats