ENEMIGOS PÚBLICOS

Un gran ejercicio de estilo con guión mediocre

Michael Mann es un cineasta que elige con cuidado sus proyectos. Hasta el momento casi todas sus películas le han reportado bastante éxito de público y crítica; desde El Último Mohicano (1992) su producción ha sido muy regular: Heat (1995), El Dilema (1999), Ali (2001), Collateral (2004) y Miami Vice (2006). Siempre le ha gustado rodearse de buenos actores y de actores famosos (o ambas cosas): Daniel Day Lewis, Al Pacino, Robert De Niro, Russel Crowe, Will Smith, Tom Cruise, Colin Farrell, Jamie Foxx,... Sus películas siempre han cuidado en extremo el aspecto visual, mostrando gusto por la experimentación con la cámara y adaptando el estilo a la historia y siempre consiguiendo buenos resultados; la música también está muy pensada, las bandas sonoras siempre son magníficas y siempre casan con la narración. Michael Mann también suele escribir los guiones de sus películas, o al menos colaborar en ellos, mostrando predilección por cintas con protagonistas masculinos, en muchas ocasiones enfrentados.

Y en mi opinión son precisamente los guiones lo que suele fallarle a las películas de Mann, en casi ningún caso me han terminado de gustar por ser excesivamente superficiales y exentos de humor (El Último Mohicano, Miami Heat), demasiado autocomplacientes (El Dilema, Ali) o incluso cobardes con el final (Heat). Y Enemigos Públicos, su último trabajo, cumple con la pauta; me ha parecido una película soberbiamente realizada pero con un guión que la lastra hasta prácticamente la mediocridad.

El material de partida es muy rico y también ha sido muy explotado; en la década de 1930, en plena Gran Depresión y con un FBI en proceso de nacer, hubo un florecimiento del bandolerismo en Estados Unidos, una serie de notorios atracadores de bancos que realizaban sus robos fuertemente armados, saltando de estado en estado. Dado que los bancos no eran instituciones muy populares en la época, que quizás de alguna forma esos atracadores estaban realizando una fantasía que tenía mucha gente, muchos de ellos pronto adquirieron el estatus de celebridades, ayudados también por las propias autoridades, que con sus aparatosas campañas de búsqueda y captura conectaron con el imaginario popular con denominaciones como "enemigo público número 1". Nombres como Bonny y Clyde, Pretty Boy Floyd, Baby Face Nelson o John Dillinger se hicieron enormemente famosos, y su leyenda ha sido mantenida por el cine, que ha basado muchas películas en ellos.

Enemigos Públicos al parecer está inspirado en el libro Public Enemies: America's Greatest Crime Wave and the Birth of the FBI, 1933-43 de Bryan Burrough, un ensayo sobre estos criminales y su época. Aunque el gran número desviaciones de la realidad de la película hace creer que sólo lo tomaron como base de inspiración y que no quisieron sentar cátedra respecto al tema. La película cuenta la historia de John Dillinger (Johnny Deep), que fue encarcelado ocho años por un robo menor y que al salir de la cárcel se dedicó a los atracos a mayor escala; sus arriesgadas huidas de la policía y el relativamente bajo número de víctimas de sus robos lo convirtieron en una figura muy popular, y por lo tanto muy buscada por un FBI que estaba empezando a tomar las riendas de la investigación de delitos federales, a la vez que se estaba poniendo la base legislativa para poderlos perseguir. J. Edgar Hoover (Billy Crudup), el notable y oscuro personaje que dirigió el FBI desde su fundación hasta su muerte en 1972, nombró personalmente al agente Melvin Purvis (Christian Bale) para que lo detuviera, empleando los métodos modernos de investigación que preconizaba públicamente o métodos más brutales si fuera necesario. El film arranca con la fuga de la banda de Dillinger de la Prisión Estatal de Indiana y narra el progresivo cerco al que lo va sometiendo Purvis y como el crimen organizado va volviendo la espalda a los atracadores a medida que el aumento de leyes contra delitos federales les amenaza. También cuenta (algo superficialmente) la historia de amor entre Dillinger y Billie Frechette (Marion Cotillard) y como el FBI asedió a Frechette para poder llegar a Dillinger.

Pero la clave del tratamiento de la historia es la superficialidad, todo en Enemigos Públicos me sonó a falso, a cliché; los personajes hablan siempre con propósito y siempre con frases célebres, los secundarios (a excepción de J. Edgar Hoover) son maltratados sin piedad, relegados a ser no sólo secundarios, sino planos y sin personalidad. El propio Dillinger es presentado como alguien opaco, que vive el día a día pensando en el mañana poco y mal, con pocas luces y tomando una decisión equivocada tras otra. Quizá en realidad fuera así, pero la película lo justifica poco y la plana interpretación de Deep, desconocido en este film, no ayuda mucho. Lo mismo pasa con Melvin Purvis, un hombre que se intuye recto y honesto, en contra de todo el circo que monta el FBI, pero sólo se intuye, porque ni el guión ni la hiératica expresión de Bale durante todo el metraje no dan más pistas. El personaje de Billie Frechette también es testimonial, poco sabemos de ella al empezar la película y poco más cuando finaliza, sólo que es "la chica" y que (naturalmente) se enamoró de Dillinger; poco puede aportar con esa base Marion Cotillard. Del reparto sólo Billy Crudup aprovecha la ocasión para destacar por tener el personaje más complejo e interesante del film.

El aspecto visual de Enemigos Públicos es toda otra cosa. Dante Spinotti, el director de fotografía, utiliza la fotografía digital para mostrarnos cuadros enormes en movimiento pero donde todo está enfocado, supongo para dotar a la película de un aspecto realista. Y lo logra, la imágenes de la película son verosímiles y poderosas, acompañadas de un vestuario y una ambientación muy buenas. El montaje es bastante dinámico logrando esquivar (por poco) el aburrimiento de un guión insalvable. Y los momentos de acción, como en todo el cine de Michael Mann, son excelentes, hay un par de tiroteos en la película soberbiamente filmados. También como en todo el cine de Mann, la música acompaña muy bien a la película.

En conjunto Enemigos Públicos me ha parecido una mala película tan bien hecha que casi consigue ser buena. Pero sólo casi, su falta de guión y lo estereotipado de sus personajes la condenan a ser olvidada a los pocos segundos del visionado; y es una lástima, ya que el tema, los actores y la realización daban para muchísimo más.

(c) 2009 Jordi Flotats