LOS MUNDOS DE CORALINE

Una joya de la animación que junta a Henry Selick con Neil Gaiman

Los Mundos de Coraline es la primera película de animación realizada con la técnica stop-motion en 3D. Dirigida por un auténtico maestro de esta técnica como Henry Selick (director de la fantástica Pesadilla antes de Navidad), la película adapta la novela corta Coraline del británico Neil Gaiman, más conocido por su faceta de guionista de cómics.

Gaiman, responsable de cómics inolvidables como Sandman, se ha prodigado como novelista en los últimos años con éxito desigual; American Gods bajó el listón al que nos tenía acostumbrados, pero también publicó joyas como Anansi Boys o Coraline, una novela corta dirigida a todos los públicos que consiguió los premios Hugo, Nebula y Bram Stocker. Coraline es una fábula que puede recordar a Alicia en el País de las Maravillas, pero con un filtro más realista y giros más tenebrosos propios de los buenos cuentos de hadas.

Coraline es la historia de Coraline Jones, una niña que se muda con sus padres a una nueva casa; sus padres la quieren pero tienen mucho trabajo y Coraline se aburre y se siente algo desantedida. En una habitación de la nueva casa encuentra una pequeña puerta que descubre que conduce a otra versión de la casa, más nueva, habitada por versiones de sus padres (sus "otros padres") con botones en lugar de ojos pero mucho más atentos y complacientes con ella que los suyos. El mundo alrededor de su otra casa es mucho mejor y más divertido que el original, pero después de pasar algún tiempo allí Coraline empieza a ver su lado siniestro.

La adaptación de Coraline parte del estudio de animación Laika que le encargó a Henry Selick la dirección de su primer largometraje y puso a su disposición medios muy generosos. El presupuesto de la película ha sido de más de sesenta millones de dólares y han llegado a trabajar en ella más de 450 personas. En un gigantesco almacén de más de 13.000 metros cuadrados se llegaron a montar 150 sets de rodaje.

El resultado final ha sido excepcional. El guión, escrito por el propio Henry Selick, plasma perfectamente la magia, la intención, los personajes y el ambiente de la novela. Los pasajes iniciales de la cinta son una introducción a la historia, los personajes y los escenarios del mundo real; la parte central contiene más humor y presenta como se transforman las personas y los lugares en el mundo paralelo; en su tramo final la historia acaba de dar un giro hacia lo tenebroso, el ritmo de la acción se intensifica.

El aspecto visual de la película es impresionante, el estilo de Selick encaja como un guante en la narración de Gaiman, los escenarios son de un gusto exquisito, el contraste entre los dos mundos perfectamente logrado; el mundo real con colores grises y marrones y el otro mundo con colores brillantes iluminados por una semiperterna luna llena. El diseño de personajes es también muy bueno, mostrando a una niña y sus padres muy reales y reservando los toques caricaturescos para los personajes secundarios, algunos realmente graciosos, algunos realmente inquietantes.

Selick demuestra en Coraline ser un maestro de la técnica stop-motion, que se ve realzada por el sistema 3D mostrando de manera impecable unos movimientos suaves y naturales, que combinados con la belleza del diseño visual forman un auténtico festín para la vista.

La gran banda sonora de Bruno Coulais acentúa y acompaña el aire de fábula de la película mediante el uso de voces infantiles pero también se encarga de enfatizar los giros siniestros de la trama.

En conjunto Coraline me ha parecido un film soberbio, tanto en el aspecto visual como en el narrativo, un nuevo clásico de la animación, y que al igual que el libro en el que está basado puede ser disfrutado por toda clase de público, desde niños a adultos.

(c) 2009 Jordi Flotats