MY LIFE AS MCDULL

Una perla de animación de Hong Kong

Ganadora del premio Fipresci del Festival Internacional de Cine de Hong Kong en 2002, My Life as McDull cosechó además un gran éxito de público en el momento de su estreno, distinguiendo esta película de animación de Hong Kong como una de las revelaciones del año.

My Life as McDull es la adaptación de unos comics publicados en los 90 por Alice Mak y Brian Tse. Los propios autores han firmado el guión y la dirección artística de la película.

La película está narrada por su protagonista, McDull (McTonto), un cerdito que vive en un mundo poblado tanto por animales como por humanos. La historia se inicia en su nacimiento, en una fantástica secuencia en que un tazón mágico sobrevuela la ciudad de Hong Kong hasta el ala de maternidad donde la señora McBing está a punto de dar a luz. Al verlo decide pedir un deseo para su hijo, que sea tan guapo y rico com Chow Yun-fat o Tony Leung, pero para no enfadar al destino decide modestamente llamarlo McDull.

La película está estructurada en partes que van contando el crecimiento de McDull: “Mi Escuela”, con sus profesores occidentales (todos los occidentales son dibujados iguales en la película), “Mi madre”, con una fantástica secuencia donde presenta a su madre como protagonista de un videojuego consistente en superar las dificultades de la vida diaria, “Mi lugar ideal”, donde cuenta la obsesión que tenía por visitar las Maldivas, visto como un paraíso y la conmovedora forma de su madre de hacer el sueño realidad y “En busca de Logan”, donde se quiere preparar con el entrenador de la primera medallista olímpica de Hong Kong (en windsurfing) y acaba entrenando una modalidad tradicional de “recogida de panecillos”.

La señora McBing tiene que criar a McDull sola (no hay noticias de su padre) y se esfuerza para que crezca inteligente y se labre un futuro brillante y a la vez intenta satisfacer tanto como puede sus deseos, pero McDull, a pesar que se esfuerza mucho por satisfacerla, no es ni muy inteligente ni muy atlético. La relación entre ambos es contada de forma entrañable y conmovedora.

El estilo de animación de la película mezcla con armonía muchos estilos diferentes, los personajes están dibujados en 2D con trazos temblorosos y resultan muy simpáticos, mientras que los fondos están realizados con un gran realismo y amor por el detalle, retratando de manera fantástica la ciudad de Hong Kong, la tercera protagonista del film. También cabe destacar la secuencia que parece pintada a lápiz cuando McDull cuenta una anécdota sobre un pavo (uno de los mejores momentos de toda la película) o el paso final a imagen real.

Bajo las caricaturas de los personajes y una capa de humor, la película constituye un fresco bastante realista de Hong Kong y de sus habitantes, los protagonistas viven en un piso minúsculo, van al mercado y a los templos, cogen el tren y los distintos ferrys para moverse por los diferentes barrios de la ciudad, siempre abarrotada y bulliciosa. También muestra las dificultades económicas por las que pasa la señora McBing para tirar adelante sola. Para los que sepan chino, la película al parecer está llena de acentos y localismos propios de la zona.Pero a pesar de todo este localismo, My Life as McDull logra sin ningún problema llegar a todo tipo de audiencias, porque los personajes que pinta, aunque con aspecto de simpáticos cerditos, son completamente creíbles, entrañables y resulta fácil identificarse con ellos. La simpatía y el humor que impregna la historia hacen que la película sea muy agradable y divertida de ver, pero bajo ese humor se muestra, sobretodo al final, un tono mucho más sombrío y pesimista, cuando McDull al crecer se va dando cuenta que no van a cumplirse los sueños gloriosos que han poblado su infancia y que tendrá que encajar su mediocridad, crear nuevos sueños y reinventarse para sobrellevar su edad adulta.

My Life as McDull es completamente recomendable para todo tipo de audiencias, tanto infantiles como adultas, aunque sus conclusiones no van dirigidas al público infantil. La película es entretenida, simpática, entrañable y a ratos conmovedora y tiene una muy buena factura técnica. No se puede pedir más.

(c) 2008 Jordi Flotats