Crónica del sexto día del Festival Internacional de Cinema de Catalunya Sitges 2007. Películas del día: Blade Runner: The Final Cut, Black House y Dai Nipponjin
Pedro Rivero (director) ha presentado la película de animación La Crisis Carnívora, completamente realizada en Flash junto con Enrique San Francisco, Pablo Carbonell y Álex Angulo, algunos de los actores que han prestado su voz para el doblaje.
El Festival ha contado con la presencia de Dan Bush y Jacob Gentry, dos de los directores de la película The Signal, dividida en tres fragmentos, cada uno filmado por un director.
A las 11:15 en el Auditorio asisto a al primer pase de Blade Runner: The Final Cut, con un turno de preguntas y respuestas al final de la proyección con la presencia de Charles de Lauzirika, productor de la versión restaurada, Douglas Trumbull, director de efectos especiales y Syd Mead, director artístico. En su presentación, el director del festival, Angel Sala, remarcó la vigencia y el interés de la película 25 años después de ser rodada destacando la gran presencia de público teniendo en cuenta la hora y día de la semana; y no era para menos, la sala estaba a más de media capacidad, más o menos unas 1000 personas.
No puedo comentar nada muy objetivo de Blade Runner, es una de mis películas favoritas y marcó mis gustos cinematográficos desde mi adolescencia. La he podido ver en el cine dos veces más aparte de esta, cuando estrenaron el Director’s Cut y cuando volvió a ser proyectada en Sitges por su 20 aniversario (consiguiendo también un llenazo en el Auditori). Esta versión definitiva (al menos definitiva de momento) no ofrece grandes cambios; se han añadido más detalles a los fondos, más coches, más luces en la ciudad y se ha corregido el gazapo presente en versiones anteriores, en que en el momento de la muerte de la replicante Zhora puede verse la cara de la especialista que doblaba a Joanna Cassidy. El gran trabajo está en la restauración de la imagen de la película, digitalizada a partir de la filmación original en 70 mm y en el remozado de los efectos de sonido para adaptarlos al formato Dolby 5.1. Y la verdad es que se nota, sobre todo en el apartado visual, la película luce fantástica.
En Q&A posterior Charles Lauzirika comentó algunas de las características del próximo lanzamiento de una caja conmemorativa con 5 versiones distintas de la película: la original que se estrenó en los Estados Unidos, la original que se exhibió en el resto del mundo, el Director’s Cut de 1992, una versión preliminar que no tiene música de Vangelis y finalmente este Final Cut. Esta edición también incluirá mucho material extra, entre el que se encuentra el documental Dangerous Days. Al ser preguntado por si la película insinúa que Deckard es efectivamente un replicante, Lauzirika comentó que lo interesante es el debate que ha suscitado esta cuestión tanto entre los aficionados como incluso entre los artífices del film (sin ir más lejos Ridley Scott, su director, es firme partidario de la tesis), pero la película es lo suficientemente ambigua para dar argumentos a los dos lados. También comentó que la primera elección para el papel protagonista fue Dustin Hoffman, con el que se llegó a rodar alguna escena (que, como no, estará en la caja conmemorativa).
Syd Mead se mostró encantado con haber colaborado en una película que adquiriría tanta relevancia. Comentó que inicialmente fue contratado únicamente para el diseño de los coches, pero que acabó también implicado en el diseño de parte de la ciudad. Syd Mead, que empezó trabajando como diseñador para Ford, U.S. Steel y Philips Electronics, ha colaborado en películas tan relevantes en el género de ciencia ficción como Star Trek: La Película, 2010 o Aliens. Mead destacó las dificultades y las presiones por las que pasó Ridley Scott durante el rodaje de la película y su voluntad de superarlas con un presupuesto limitado.
Douglas Trumbill, responsable de efectos especiales de la película destacó la experiencia que había adquirido en técnicas de trucaje que se usaron en Star Trek y Encuentros en la Tercera Fase, que le permitieron aplicarlas rápida y eficientemente en Blade Runner. Trumbill se mostró orgulloso y satisfecho del trabajo que realizó el equipo de efectos especiales con las maquetas y comentó que si tuviera que rodar de nuevo el filme volvería a usar maquetas, dejando los efectos digitales sólo para retocar y eliminar elementos sobrantes. Destacó también el trabajo de improvisación y aprovechamiento del material de otras películas (por ejemplo los neones de One from the Heart de Francis Ford Coppola) e incluso de reciclaje de material usado en varias escenas de la película, repintado y recolocado. Trumbill remarcó el fantástico resultado de la película, teniendo en cuenta presupuesto y dificultades de rodaje, pero también señaló que durante el mismo nadie era consciente de estar rodando un clásico de la ciencia ficción.
Después de disfrutar horrores con Blade Runner y acudo al pase de las 17:30 en el Retiro de Black House (sección Orient Express), segundo largometraje de Shin Terra y salgo bastante decepcionado con la elección. Black House es una película que empieza como un thriller de fraudes a seguros (un auténtico problema en Corea, tratado en otros filmes como Just do it!) y termina como una slasher con el psicópata de turno. Ni una parte ni otra terminan de convencerme, aunque la final la encontré particularmente tópica e inverosímil. Deberían prohibir la escena en que el malo de turno le dice al bueno de turno "Tú y yo en el fondo nos parecemos mucho". Y si alguien ve la película verá que en este caso la escena es particularmente risible.
A las 20:30 en el Auditori voy a ver Dai Nipponjin (sección oficial), una de las películas que esperaba con más expectación. Y no salgo decepcionado, al contrario, en mi opinión es una de las películas del festival. Dirigida y protagonizada por el cómico televisivo japonés Hitoshi Matsumoto, Dai Nipponjin (el gran japonés) es un documental/reality show donde se sigue el día a día de un superhéroe japonés, que vive de forma ordinaria sin hacer gran cosa en todo el día hasta que es llamado por el gobierno para luchar contra algún monstruo gigante (los primos bizarros de Gamera). Entonces es conectado a la electricidad en una instalación gubernamental hasta crecer hasta la altura de un edificio. Cada lucha está retransmitida por la televisión, con lo que entra en el juego de las audiencias, publicidades, etc. ¿Rara? ¿Absurda? Sí que lo es, pero a la vez es increíblemente divertida si entras en el juego que propone Matsumoto. La película además cuenta con un guión que aunque estrafalario, es muy sólido, dibujando muy bien a los personajes y con un ritmo televisivo (como no) que impide que el espectador desconecte de la historia. Pero lo mejor son los últimos 15 minutos, que logran dejar a toda la sala con la boca abierta, sirviendo de colofón magistral a la película, en todos sus apartados y lecturas, tanto en el lado más freak, como en el lado de crítica social y política. No se pierdan tampoco los títulos de crédito finales que logran volver a rizar el rizo y sobretodo, si van a ver la película no permitan que nadie les cuente el final.
(c) 2007 Jordi Flotats